Este instrumento integral posibilita una evaluación exhaustiva de las tendencias en los sistemas agroalimentarios del mundo

Los responsables de la formulación de políticas, investigadores, analistas y todos los interesados en las trayectorias pasadas, presentes y futuras de la alimentación y la agricultura disponen ya de un instrumento integral actualizada para examinar con detenimiento los principales factores que influyen en los sistemas agroalimentarios del mundo.

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) ha publicado su Anuario estadístico, que comprende cientos de páginas de datos organizados sobre temas en torno al empleo agrícola, el comercio agroalimentario o la utilización de fertilizantes y plaguicidas en todo el mundo así como factores medioambientales y climáticos. Se trata de una gran cantidad de información esencial pertinente para las políticas, disponible de un vistazo y accesible de forma fácil y rápida.

La publicación Statistical Yearbook World Food and Agriculture 2022 (La alimentación y la agricultura en el mundo: Anuario estadístico 2022) está disponible en versión digital, en versión descargable y como edición impresa de bolsillo.

“La FAO concede gran importancia a los datos y estadísticas como bien público mundial que ocupa un lugar central en nuestros esfuerzos por promover un desarrollo sostenible”, señaló el Sr. José Rosero Moncayo, Director de la División de Estadística de la FAO. “La FAO se compromete a garantizar el acceso libre a datos actualizados, fiables, oportunos y de confianza necesarios para definir el rumbo hacia una agricultura más sostenible y un mundo sin hambre”, añadió.

La edición de 2022 se estructura en torno a cuatro capítulos temáticos, a saber, uno relativo a la dimensión económica; uno sobre producción, comercio y precio de productos; uno sobre seguridad alimentaria y nutrición; y uno sobre la sostenibilidad y los aspectos medioambientales de la agricultura. Además de evaluaciones realizadas en los planos mundial y regional, comprende datos pormenorizados tomados de los más de 20 000 indicadores que abarcan más de 245 países y territorios que se incluyen en la plataforma de datos estadísticos sustantivos de la Organización (FAOSTAT), de libre acceso.

Datos clave

El suministro de energía alimentaria, un indicador fundamental de la seguridad alimentaria, aumentó en todas las regiones desde el año 2000, y el mayor incremento se registró en Asia. En la actualidad, el promedio mundial es de 2 960 calorías por persona al día, lo que supone un aumento del 9 %, y se alcanza un máximo de 3 540 calorías por persona al día en América del Norte y Europa.

Hoy en día, unos 866 millones de personas se dedican a la agricultura, esto es, más de una cuarta parte de la mano de obra mundial, las cuales generaron 3,6 billones de USD en valor añadido. En comparación con el 2000, esas cifras suponen un incremento del 78 % en valor económico, generado por un 16 % menos de personas, y África duplica este ritmo de crecimiento.

La producción de cultivos primarios, como la caña de azúcar, el maíz, el trigo y el arroz, aumentó un 52 % de 2000 a 2020, hasta alcanzar los 9 300 millones de toneladas. La producción de aceite vegetal aumentó un 125 % durante dicho período y la producción de aceite de palma se incrementó un 236 %. La producción de carne, encabezada por la de pollo, aumentó un 45 %, mientras que la tasa de crecimiento para las frutas y hortalizas fue del 20 % o menor.

La caña de azúcar es el mayor cultivo mundial por volumen, con 1 900 millones de toneladas anuales, y le sigue el maíz con 1 200 millones de toneladas.

Las exportaciones mundiales de alimentos han ascendido a 1,42 billones de USD, esto es, se han multiplicado por 3,7 desde el 2000.

A nivel mundial, los principales países exportadores de alimentos en términos brutos son los Estados Unidos de América, los Países Bajos y China. Los mayores exportadores en términos netos han sido el Brasil, con diferencia, seguido de la Argentina y España. Los principales países importadores netos han sido China, el Japón y el Reino Unido.

Unos 4 740 millones de hectáreas de la superficie del planeta corresponden a tierras agrícolas, incluidas praderas y pastos así como cultivos. Esta cifra es un 3 % inferior con respecto al 2000, pero hasta seis veces menor en valores per cápita, con África de nuevo a la cabeza.

La utilización de plaguicidas a nivel mundial alcanzó su nivel máximo en 2012 y comenzó a disminuir en 2017. Los países que presentan los niveles más altos de aplicación de plaguicidas por hectárea son Santa Lucía, Maldivas y Omán.

Factores climáticos y medioambientales

El Anuario estadístico utiliza también los amplios y crecientes conjuntos de información de FAOSTAT sobre factores climáticos y medioambientales que afectan a los sistemas agroalimentarios y se derivan de estos.

La temperatura media en 2021 fue 1,44 °C superior al promedio entre 1951 y 1980. Europa ha registrado la variación más alta de temperatura, seguida de Asia, y Oceanía presentó, con diferencia, la menor variación.

Las emisiones de gases de efecto invernadero relacionadas con las tierras agrícolas disminuyeron un 4 % entre 2000 y 2020, y el 70 % de estas emisiones se generaron dentro de las explotaciones.

Las carnes de vacuno y ovino suponen la mayor parte de las emisiones de dióxido de carbono, y el promedio correspondiente al vacuno es 50 veces superior al del pollo. La intensidad de las emisiones de cereales es muy inferior, aunque las emisiones que genera el arroz son más de cinco veces superiores a las del trigo y los cereales secundarios.

La tasa de emisiones de gases de efecto invernadero varía significativamente de una región a otra, lo que entraña grandes diferencias en cuanto a la eficiencia de producción. Por ejemplo, la intensidad de las emisiones de carne de vacuno en África es casi cuatro veces mayor que la de Europa.

En el artículo I de la Constitución de la FAO se establece que la Organización “reunirá, analizará, interpretará y divulgará las informaciones relativas a la nutrición, alimentación y agricultura”, en la que se incluyen la silvicultura, la pesca y la acuicultura. Información como la examinada anteriormente, y la que se encuentra de forma mucho más amplia en el Anuario estadístico, puede ayudar a determinar cómo y dónde crear y aplicar iniciativas con mayor repercusión en cuanto al logro de las cuatro mejoras (una producción, una nutrición, un medio ambiente y una vida mejores), que ocupan un lugar central en el Marco estratégico de la Organización para 2022‑2031.

Fuente: FAO