El descenso en los volúmenes de venta de los productos cárnicos se ha acentuado en este inicio de año, según los datos presentados por NielsenIQ en el 23º Congreso AECOC de Productos Cárnicos, inaugurado ayer en el Palacio de Congresos de Lleida.
Según los datos de la consultora, el consumo de carne fresca cayó un 0,9 % a cierre de 2022. Sin embargo, la tendencia se acentuó en enero de este año, hasta registrar un descenso interanual del 2,5 %.
Mientras el consumo de carne fresca disminuye, la charcutería cerró 2022 con un crecimiento en el volumen de compra del 1,1 %, gracias, en parte, a una mayor estabilidad en la evolución de sus precios.
En conjunto, según los datos expuestos por NielsenIQ, el volumen de compra de productos cárnicos en 2022 cayó un 0,3 % en 2022, mientras que la facturación del sector creció un 7,1 % por efecto de la inflación.
Crece el consumo de platos preparados cárnicos
El estudio de NielsenIQ también refleja el buen comportamiento de los platos preparados cárnicos, incluso en el actual contexto de inflación.
En 2022, el volumen de compra de productos cárnicos preparados, tanto refrigerados como congelados o en conserva, aumentó un 3,9 %, mientras que el crecimiento en valor fue del 17 %. Actualmente, la categoría ya representa un 2,9 % del volumen de compra de carne.
Los datos de la consultora muestran que el crecimiento de los platos preparados está relacionado con un cambio de hábitos que se acentuó tras la pandemia, con consumidores cada vez más interesados en soluciones convenientes.
Así, mientras el consumo per cápita de carne fresca se mantuvo plano entre 2019 y 2022, con descensos importantes en categorías como el vacuno, el volumen de consumo de platos preparados cárnicos creció un 13,2 % en el mismo periodo.
Por contra, las alternativas vegetales de los productos cárnicos mostraron una evolución negativa en 2022, con una caída del 5,5 % en su volumen de ventas.
El 23º Congreso AECOC de Productos Cárnicos, que cuenta con la colaboración de FECIC, también ha contado con el análisis del especialista en mercados globales y materias primas, Pedro Nonay, que ha avanzado que “seguiremos en un entorno de mucha volatilidad, que no es buena compañera de viaje para el sector alimentario”.
El experto ha anticipado que “la bipolaridad” del poder mundial entre Estados Unidos y China marcará la próxima década y ha apuntado al riesgo que supone que occidente sea dependiente de China en la producción industrial, de Rusia en energía y del Mar Negro en la agricultura.
Font: Revista Cárnica