La Junta de Castilla y León ultima una orden para flexibilizar la caza del jabalí como medida de control de fauna silvestre en el marco de las acciones contra la tuberculosis bovina, cuya gestión derivó en un intento de entrar por la fuerza en la sede autonómica en Salamanca el 5 de junio.
El “Plan de gestión del jabalí”, a cuyo borrador ha tenido acceso EFE, se aplicará parcialmente en toda la comunidad pero declara la emergencia cinegética en los municipios con mayor riesgo de tuberculosis, que están Salamanca y Ávila sobre todo, pero también en Palencia, León y Segovia.
El jabalí es el mayor reservorio de la tuberculosis bovina en la fauna silvestre de España, por eso su control es algo que reclaman tanto ganaderos como veterinarios, quienes estiman que este animal ya tiene el triple de población de lo que sería normal.
“Al disminuir la población rural, aumenta la del jabalí. Nosotros no hemos participado en la redacción del plan, pero este es un tema del que venimos hablando. En algunos países que han tomado medidas de este tipo, como Alemania, quien ejecuta es el Ejército, así se evita que sea caza como tal”, ha explicado a EFE Luciano Díez, presidente del Consejo de Colegios Veterinarios de Castilla y León.
Los profesionales del campo explican que es imposible avanzar en la erradicación de la tuberculosis si sólo se controla la fauna doméstica, con los saneamientos de las vacas, mientras que estos animales comparten abrevaderos y pastos con fauna silvestre contagiada.
La tuberculosis bovina fue la causa detrás de la protesta ganadera del 5 de junio que acabó con un intento de entrar por la fuerza a la sede de la Junta en Salamanca, provincia donde la prevalencia no sólo no baja sino que ha subido, con un 4,7 %, frente al 1,8 % de Ávila y al menos del 1 % del resto de provincias.
El plan del jabalí, que ahora está en fase de consulta en la Junta, dicta ampliar el periodo de caza de este animal, desde el 1 de abril hasta el cuarto domingo de febrero, y “que se pueda cazar en cualquier modalidad de caza mayor y en cualquier parte del coto”.
Asimismo, establece que los cazadores puedan “utilizar las cámaras de fototrampeo y los aportes de alimentación suplementaria (cebados previos)”, dos herramientas para “incrementar la eficacia de los aguardos o esperas y de las monterías y ganchos”.
Municipios en “emergencia cinegética”
La segunda parte del plan del jabalí sólo se aplicará en determinados municipios que se consideran en “emergencia cinegética”, la mayoría de ellos pertenecientes a Salamanca y Ávila, pero también a Palencia y León.
“Los titulares cinegéticos de los cotos afectados quedan obligados a comunicar quincenalmente el resultado de las acciones de caza sobre el jabalí, como indicador de medida del grado de presión cinegética sobre los territorios afectados”, indica el borrador de la orden.
Asimismo, para facilitar la eficacia de los ganchos al jabalí en estos términos municipales, no habrá límites al número máximo de perros en los ganchos, “salvo que existan limitaciones normativas en materia de conservación del resto de la diversidad biológica (por ejemplo, en zonas oseras)”.
Además, los titulares de explotaciones ganaderas que acrediten que han comunicado al titular cinegético la existencia de riesgos sanitarios por la presencia del jabalí, y siempre que éste no haya adoptado las medidas oportunas, podrán con esta orden “solicitar subsidiariamente la autorización para la ejecución de controles poblacionales”.
Un reciente estudio señala los riesgos del jabalí
La Universidad de León (ULE) y el Instituto de Ganadería de Montaña (IGM, centro mixto del CSIC y la ULE) publicaron el 8 de junio en la revista “Transboundary and Emerging Diseases” un estudio que analiza cómo la posible interacción entre el ganado bovino y los jabalíes en algunas zonas del norte de España puede estar contribuyendo a mantener la tuberculosis.
“La mayor prevalencia de tuberculosis obtenida en jabalí resulta esperable, al ser una especie no sometida a un plan de erradicación, al contrario que en el caso del ganado bovino”, indica la investigación.
Y explica: “La transmisión entre diferentes especies es indirecta y por vía oral. La bacteria es muy resistente, incluso en condiciones extremas, pudiendo sobrevivir en charcas, pasto o alimento durante meses”.
Los autores del estudio piden medidas de bioseguridad como “instalar tolvas de exclusión de especies silvestres o proteger fuentes de agua para uso exclusivo de ganado doméstico” y, al mismo tiempo, “mantener y, en lo posible, incrementar la presión de caza sobre el jabalí, ya que sus poblaciones no han parado de aumentar”.
Fuente: EfeAgro