La expansión de la peste porcina africana (PPA) por todo el mundo, con presencia ya confirmada en algunos países europeos, obliga al sector porcino a extremar las precauciones para evitar la entrada de la enfermedad a España, con las restricciones que supondría para las exportaciones. Sus síntomas, las medidas de control y los avances en la vacunación son analizados en esta entrevista por Carolina Muñoz Pérez, investigadora del centro Visavet, de la Universidad Complutense de Madrid.

¿Cuál es la situación actual de distribución de la PPA el mundo y en Europa? ¿Cómo ha evolucionado en los últimos años?

La peste porcina africana sigue avanzando sin control y ya está presente en los cinco continentes (África, Europa, Asia, Oceanía y América). En estos últimos años la situación se ha visto agravada al verse afectadas grandes potencias mundiales del sector porcino como China en el año 2018 y Alemania en el año 2020. Otras potencias como España o Estados Unidos refuerzan sus defensas ante esta situación de gran riesgo.

¿Existe un riesgo real de entrada de la enfermedad en España? ¿Cuáles son las vías potenciales de entrada del patógeno?

Somos testigos de la peor pandemia de PPA conocida desde que se describió la enfermedad en el año 1921. Esta situación posiciona a todos los países libres, entre ellos España, en una situación de riesgo. Las vías de entrada más relevantes para nuestro país en la actualidad son en primer lugar, la importación de productos cárnicos porcinos contaminados y, en segundo lugar, la importación de animales vivos infectados. Otra vía se basa en la entrada de jabalíes infectados en nuestro país a través de la frontera pirenaica. Los países más cercanos con jabalíes infectados son Alemania e Italia.

¿Qué síntomas produce esta enfermedad en los animales de la especie porcina? ¿Cuál suele ser el curso de la enfermedad?

La enfermedad presenta diferentes cuadros clínicos. En cerdos domésticos, las cepas más virulentas causan un cuadro agudo caracterizado por la aparición de fiebre, pérdida de apetito y disminución de la actividad. Igualmente podemos apreciar un enrojecimiento o una coloración azulada en algunas zonas como la piel de las orejas, la cola, extremidades o abdomen. La mortalidad ronda el 100%, por lo que todos los animales afectados mueren durante la primera y segunda semana después de la infección. Sin embargo, cepas menos virulentas pueden causar un cuadro crónico más difícil de diagnosticar caracterizado por una menor mortalidad y otros signos clínicos como lesiones cutáneas, retraso en el crecimiento, pérdida de peso y problemas respiratorios. Teniendo en cuenta los diferentes cuadros clínicos y la similitud de los signos con los que aparecen en otras enfermedades porcinas, es imprescindible la toma de muestras para un diagnóstico en el laboratorio.

¿Qué consecuencias tendría la PPA en España? ¿Qué efectos tiene en una explotación?

El sector porcino es el principal sector ganadero de nuestro país y, además, somos una de las mayores potencias productoras, tanto a nivel europeo como a nivel mundial. La declaración de nuestro país como no libre de peste porcina africana provocaría una drástica restricción a nuestras exportaciones que haría temblar al sector. Los efectos también son muy graves en las explotaciones. Cuando la enfermedad se confirma oficialmente en una granja se ordena el sacrificio, sin demora, y bajo supervisión oficial, de todos los animales de la granja, causando terribles pérdidas económicas para los productores. Igualmente existen otros gastos asociados a la destrucción de los cadáveres, el tiempo de cuarentena o el procesamiento laboratorial de las muestras.

¿Qué labores de prevención deben llevar a cabo las administraciones para evitar la entrada de la enfermedad en España? ¿Se están cumpliendo esas medidas?

La administración ha reforzado recientemente las medidas adoptadas para evitar la introducción de la PPA en España. Estas medidas incluyen la sensibilización de los sectores implicados o el refuerzo del Programa Nacional de Vigilancia Sanitaria, tanto en cerdo doméstico como en jabalí, entre otras estrategias de prevención. Todas estas medidas tienen una gran importancia ya que el sector porcino español se posiciona en la actualidad como el primer sector ganadero a nivel nacional y uno de los principales productores y exportadores a nivel mundial.

¿Qué papel juega la fauna silvestre? En este aspecto, ¿qué medidas preventivas podrían tomarse?

El jabalí actúa como reservorio silvestre de la enfermedad y es uno de los principales problemas que tenemos en la Unión Europea (UE). El movimiento natural de las poblaciones de jabalíes es responsable de la transmisión local de la enfermedad por contacto entre animales infectados y susceptibles. Esta vía de transmisión da lugar al avance geográfico, lento pero constante, que venimos observando en los últimos años en la UE. Además, la sobreabundancia de jabalíes que tenemos en algunas zonas de Europa, incluida España, no hace más que empeorar la situación. En este punto, el control de la población de jabalíes es verdaderamente necesario. Sin embargo, este control debe ser planificado y regulado. Cacerías masivas en zonas infectadas podrían incluso empeorar la situación al ahuyentar a los animales hacia zonas no infectadas. Igualmente, los restos de sangre de las cacerías pueden convertirse en un foco de infección para otros jabalíes. Un ejemplo de un buen programa de control es el que se llevó a cabo en la República Checa. La enfermedad se reportó en la población de jabalíes en junio del 2017 y a partir de ese momento se diseñó un programa con el que se logró controlar la enfermedad mediante la regulación de la caza unida a incentivos económicos y cursos de entrenamiento para los cazadores. Igualmente se pagaba por cada jabalí que era encontrado muerto en determinadas zonas. También instalaron un vallado eléctrico alrededor de la zona de alto riesgo para evitar la salida de los jabalíes. Consiguieron erradicar la enfermedad y fueron declarados oficialmente libres en 2019.

¿Qué pueden hacer los ganaderos para evitar la entrada de la enfermedad en su explotación? ¿Qué aspectos son clave para la prevención?

En cuanto a la prevención, aumentar las medidas de bioseguridad en las granjas es clave para evitar la entrada de la enfermedad. Instaurar un buen vallado para evitar el contacto con la fauna silvestre, control de entradas a la explotación, limpieza y desinfección de los vehículos que entran a la granja y una correcta cuarentena de los animales que entran a la explotación serían algunos ejemplos de medidas claves.

¿Considera que el sector ganadero y veterinario está preparado para la lucha contra esta enfermedad, en el caso de que llegara a España? ¿Es necesaria más formación?

Los ganaderos, junto con los veterinarios, somos la primera línea de defensa contra la enfermedad. Su preparación es esencial para que, en el desafortunado caso de que la enfermedad entre en España, pueda ser detectada de forma muy rápida y se pueda instaurar lo antes posible un programa de control. En este punto, creo que cada día aumenta la concienciación y la formación, pero no hay que bajar la guardia.

¿Cómo se encuentra el desarrollo de una vacuna contra la enfermedad?

En la actualidad no existe una vacuna comercializada contra la PPA que cumpla los requisitos de eficacia, seguridad y DIVA, es decir, que permita diferenciar entre animales vacunados de infectados. Esta vacuna constituye en la actualidad la mayor esperanza para detener la enfermedad. El proyecto europeo VACDIVA, formado por un consorcio de diferentes países y coordinado por el profesor José Manuel Sánchez-Vizcaíno, trabaja desde 2019 para desarrollar y evaluar una vacuna que cumpla todos estos requisitos. Actualmente diferentes prototipos se encuentran bajo evaluación, con un uso potencial tanto en jabalí como en cerdo doméstico.

Font: Interempresas