Cunde el desánimo en las granjas por la subida de los costes. De enero a julio los sacrificios de porcino han caído casi un 7%.
De todas las carnes, ninguna se ha encarecido tanto en los supermercados como la que es la más popular de todas: la de cerdo. En el último año, su escalada ha sido de un 12,9%, apunta el IPC en sus últimos datos, que confirman una tendencia imparable: en cada mes de este 2023 se ha registrado un alza interanual de dos dígitos.
La explicación está en las granjas, donde cunde el desánimo ante unos costes disparados que han llevado a reducir la producción de España, potencia mundial en este segmento con el mayor censo porcino de toda la Unión Europea. Una potencia que se desinfla.
Lo advierten las organizaciones agrarias consultadas por este periódico. Si suben los precios, responden, es porque disminuye la oferta; o sea, se produce menos. Y los datos lo confirman: de enero a julio los porcinos sacrificados se han reducido casi un 7% si se compara con el mismo periodo del año anterior, de acuerdo a la información más reciente del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca.
En ese periodo se sacrificaron un total de 30,6 millones de animales que correspondieron a 2,8 millones de toneladas de carne de cerdo, una cifra que también cae: en los siete primeros meses de 2022 se logró un 4% más de cantidad.
Costes disparados
¿Qué está pasando en el campo? “Tenemos una dificultad absoluta para mantener la producción y el desánimo por parte de los ganaderos es importante”, responde Miguel Ángel Higuera, responsable de la sectorial de porcino de Asaja.
Higuera describe un escenario extremadamente complejo desde el comienzo de la invasión rusa de Ucrania, lo que encareció considerablemente elementos esenciales como los piensos.
Tampoco ha ayudado la escasez de agua por sequía. Considera que se privilegia, en el reparto del poco líquido que hay, a cultivos de regadío, dejando más desatendidos a los animales, que también necesitan beber. Y finalmente, apunta a “presiones burocráticas”.
¿Cuáles? “Renovar granjas, o cerrarlas y poner otras más eficientes… los permisos pueden tardar años”, insiste. También apunta a una reducción de producción Jaume Bernis, responsable del sector porcino COAG.
“Yo calculo que el descenso total a cierre de 2023 puede llegar al 3%“, apunta, en claro contraste con la tendencia de los últimos años, en los que aumentaba anualmente entre un 5% y un 7%.
Exportaciones en alza
Bernis apunta a otros factores para explicar el acusado aumento de precios de la carne de cerdo, y que se suman a los ya apuntados sobre los costes de producción y la reducción de la oferta que ha conllevado.
A saber, una elevada exportación. Este es un elemento paradójico, porque según los datos antes mencionados del Ministerio de Agricultura, de enero a julio de este año se ha exportado menos cantidad de carne de cerdo que en idéntico periodo de 2022.
En concreto, algo menos de 1,4 millones de toneladas, lo que supone un 5,9% menos. Pero aunque se haya exportado menos, acaba por afectar si hay menos producción en general. Así las cosas, e incluso si China, el gran comprador de carne de cerdo española, ha importado menos por su desaceleración, se sigue vendiendo una enorme cantidad fuera de nuestras fronteras: el 54% del total, subraya Bernis.
¿A quién? “Se han aumentado las ventas a Filipinas, Japón o Corea“, remarca. Aquellos fueron los actores con mejor evolución el año pasado: aumentaron sus compras un 43%, un 32% y un 20,8%, respectivamente.
En general los países asiáticos se van alternando. A veces unos aumentan compras y compensan así la caída de otros. Es lo que pasó con los ya citados en 2022, año en el que China redujo sus importaciones un 44%, y lo que ha ocurrido en la primera mitad de este año con Malasia.
De acuerdo con los datos del Ministerio de Agricultura, Malasia ha comprado un 91% más que en el mismo periodo del año pasado, lo que ha compensado los retrocesos que -esta vez es su turno de desacelerar- presentan desde enero Filipinas, Japón y Corea.
Precios disparados
Esta amalgama de factores termina sintiéndose en el supermercado. La carne de cerdo es ahora un 12,9% más cara que el año pasado, de acuerdo con el INE. Es una subida más acentuada que la registrada en otras carnes.
Así, la carne de ovino y caprino se ha encarecido un 10% en el último año; la de vacuno, un 5,7%, y la de ave, apenas ha subido un 2,4%. Todo esto en un mes, noviembre, en el que -subraya el INE- los alimentos han moderado su crecimiento: suben un 9%, cinco décimas menos de lo que escalaron el mes anterior.
Font: El Español