La comunidad científica está expectante ante la desestacionalización de la gripe aviar porque ya se detectan focos también en verano y todo por una cepa, la H5N1, que “no deja de sorprendernos”.
Así lo indica a Efeagro la experta y jefa del programa de Sanidad Animal del Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentaria (IRTA), Natàlia Majó, quien reconoce que los brotes de influenza aviar se han mantenido en Europa “durante todo este verano” pasado y “esto no había sucedido nunca”.
Ha sido porque el virus ha conseguido mantenerse en el reservorio de aves salvajes y “ahora tenemos que ver si este próximo verano ocurre lo mismo”.
El patógeno H5N1 ha conseguido además incrementar “mucho” el “rango de especies” de aves que es capaz de infectar, apunta esta experta.
Si se confirma ese comportamiento, pasaría a ser un virus “endémico” en Europa.
Su amplia distribución a nivel mundial también sorprende a la comunidad científica y la propia Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) está publicando informes periódicamente ante tal expansión.
El último de ellos, fechado a 5 de enero, habla de “temporada epidémica” porque hay cerca de 300 brotes informados en aves de corral en todo el mundo y unos 140 en aves salvajes, principalmente en Europa pero también en América, Asia y África.
La idea de su fácil expansión global la da el hecho de que los brotes, según la OIE, se están extendiendo a los países de América Central y del Sur.
De hecho, destaca la primera detección de casos de influenza aviar de alta patogenicidad en Panamá, Honduras, Venezuela, Perú y su recurrencia en Chile después de 20 años de ausencia.
LAS VACUNAS
Majó recuerda que existen vacunas efectivas para los animales y se usan en Egipto, México o en países asiáticos pero en Europa, por el momento, no está permitido.
En la Unión Europea, hasta ahora, se ha seguido el criterio de sacrificar a “todas” las aves de una explotación con algún caso positivo y establecer medidas de bioseguridad en un determinado radio respecto a las explotaciones afectadas.
Pero esto podría cambiar si la cepa H5N1 confirma su expansión y evolución actual hasta el punto de que Majó no descarta que la UE permita vacunar “en algunas condiciones y para algún tipo de producción extensiva” porque son las que “tienen muy complicado controlar la enfermedad si no vacunan”.
Francia ha sido uno de los primeros países en pedirlo por su importante cabaña de patos en extensivo para producir foie que se está viendo mermada por la situación epidemiológica actual.
Lo ve pertinente porque la situación ha cambiado “completamente” y ya no sólo se quedan en “brotes muy puntuales”, como antes.
Hasta ahora se había prescindido de las vacunas porque, según detalla, reducen la mortalidad pero no consiguen que un animal infectado deje por completo de excretar virus por lo que “siempre está la discusión científica” de si ello facilitaría al patógeno hacerse endémico al proseguir su circulación aunque de una forma menos agresiva.
¿QUÉ CABE ESPERAR?
Para Majó es “esperable” que haya “algún brote” de influenza aviar y, en el mismo sentido, la OIE confirma en su último informe que lo previsible es que los brotes en animales alcancen “su punto máximo en los próximos meses”.
Majó, por otro lado, valora que las granjas estén cada vez más concienciadas e informadas para implementar medidas de bioseguridad que minimicen los riesgos y destaca el monitoreo que se hace de los reservorios en aves salvajes, lo que muestra el elevado grado de concienciación que hay.
En cuanto a la salud humana, recuerda que el año pasado se detectó algún caso esporádico en trabajadores de granjas y no se puede descartar que vuelva a ocurrir pero, en todo caso, serían puntuales.
Se debe a que la H5N1 que circula ahora es capaz de infectar a las personas por un contacto estrecho, prolongado y no protegido con un animal positivo pero, en todo caso, la infección cursa en el ser humano de forma subclínica (leve o asintomática).
Font: EfeAgro