La influenza aviar, conocida popularmente como gripe aviar, es una enfermedad infecciosa vírica altamente contagiosa, que lleva, con mayor o menor incidencia, mucho tiempo entre nosotros.

Está generada por un virus de la familia Orthomyxoviridae que presenta, en la práctica, varios subtipos. En realidad esta enfermedad realmente compleja está causada por virus divididos en múltiples subtipos (por ejemplo, H5N1, H5N3, H5N8, etc. etc.), cuyas características genéticas y está es una de las claves de preocupación, evolucionan con gran rapidez.

Según el subtipo de que se trate puede clasificarse la influenza como de baja patogenicidad o altamente patógena, presentando, concretamente, en las aves infectadas, diferentes síntomas.

El problema más importante aquí lo generan fundamentalmente dos subtipos (el H5 y el H7) del virus tipo A. Ambos pueden propagarse con gran rapidez generando altas tasas de mortalidad en muchas especies de aves.

Es verdad que la mayoría de los virus de la influenza, que están presentes en las aves, no se transmiten a los mamíferos, incluyendo a los humanos. No obstante, si hay algunas cepas víricas altamente patógenas generadoras de la influenza aviar que son capaces de saltar a otras especies.

Desde finales del año 2021,  la OMSA ha notificado un muy elevado número de casos de influenza aviar en distintas regiones del Mundo. Lo más preocupante es que la enfermedad está apareciendo, con una gran virulencia, en nuevas regiones donde, hasta el presente, no estaba. Esta realidad puede poner en riego, con una visión a medio plazo, la seguridad alimentaria especialmente de quiénes su subsistencia depende de las aves de corral.

Por esta razón, la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA) ha realizado en estos últimos tiempos unas preocupantes declaraciones acerca de esta enfermedad viral altamente contagiosa que afecta, como ya se ha mencionado, tanto a las aves domésticas como a las silvestres, pero siendo ya una realidad significativamente constatable su transmisión a diversas especies de mamíferos, incluidos los humanos, constituyendo, por esta razón, una amenaza real para la salud pública.

En efecto, la OMSA ha notificado ¡atención a este tema! un creciente número de casos de influenza aviar H5N1 en distintos animales mamíferos, tanto terrestres como acuáticos, generando en ellos unas altas morbilidad y mortalidad.

Por esta razón se está complicando significativamente la realidad de la presencia de influenza aviar en el Mundo  dando lugar, lógicamente, a una preocupación creciente por la amenaza real que la misma supone a todos los niveles.

Probablemente lo que más preocupa en estos momentos es que el virus de la influenza aviar H5N1 sea realmente capaz de adaptarse bien a los mamíferos, incluyendo a los humanos y se propague en ellos con rapidez.

En este contexto debe tenerse en cuenta que hay algunos mamíferos dónde cabe la posibilidad de que puedan actuar como recepcionarios de varios tipos de virus generadores de la gripe aviar, pudiendo dar lugar a nuevos subtipos altamente nocivos para los mamíferos.

Precisamente por esta razón la OMSA pone el foco  en las infecciones declaradas últimamente en algunas granjas de visones. Evidentemente el alto número de animales que suele haber en estas granjas exacerba los riesgos mencionados.

Ante la situación que se está generando, con la evolución descrita de la enfermedad, la OMSA ha hecho una serie de recomendaciones que implican, entre otras cuestiones, a la vigilancia, la prevención, el control de los movimientos de animales, el monitoreo, la protección, a todos los niveles, de las personas que trabajan con aves y/o con animales domésticos o no domésticos, enfermos y la notificación inmediata de apariciones de la influenza aviar en todas las especies.

Lo cierto es que actualmente la influenza aviar preocupa no solo al sector avícola sino a la producción animal en general y empieza a preocupar a la propia sociedad.

Habrá que estar muy pendiente de cómo evoluciona esta enfermedad en los próximos 3 -5 años.

Font: Agora TopGan