La Unión Europea persigue desde hace meses la realización de una propuesta para la modificación de la normativa sobre bienestar animal que ha puesto en pie de guerra a las asociaciones ganaderas, que aseguran que el cumplimiento de las posibles nuevas exigencias en materia de espacio de las instalaciones conllevaría el aumento de los costes y ello tendría consecuencias inmediatas en el precio de alimentos como, por ejemplo, el pollo.
En los últimos días han sido dos las asociaciones que han advertido respecto a una posible subida del precio del pollo, dado que con las posibles medidas a introducir se reduciría la superficie utilizable de las granjas.
Desde COAG ponen el ejemplo de una granja de 1.800 metros cuadrados, que actualmente da cabida a 33.000 pollos. Con esa nueva ratio y el resto de medidas a aplicar, pasaría a contar con un máximo de 11.000 pollos, una pérdida de 22.000 pollos.
De acuerdo con los cálculos de COAG, esto supondría una reducción de una tercera parte de los ingresos de los ganaderos en sus divisiones de producción avícola, por lo que se tendría que trasladar irremediablemente a los precios de venta.
“Se entiende que la bajada de producción repercutirá en un aumento de precio desorbitado para perjuicio del consumidor, que supuestamente tendría que pagar una tercera parte más de lo que está pagando ahora. En estos momentos, en los lineales el precio es de 3,25 €/kg el pollo entero, se estima que podría llegar a los 9,75 €/kg, casi al mismo precio que el pollo campero”, explica COAG en su artículo en su página web.
El pollo podría ser “un producto de lujo”
En términos parecidos se ha pronunciado Avianza, la Asociación Interprofesional de Carne Avícola que ha asegurado que si se aplican los cambios en la normativa de bienestar animal el pollo podría convertirse en un “producto de lujo” para los españoles.
El pronóstico de Avianza es que el precio del kilo de pollo podría llegar incluso hasta los 15 o 20 euros, dado que con la implantación de esas medidas propuestas por la EFSA se reduciría la superficie útil de las granjas en un 30%, según sus cálculos.
La obligación de ajustarse a esos nuevos parámetros reduciría el número de granjas de 5.000 a 3.592, por lo que la producción bajaría y eso aumentaría de forma automática los precios del pollo. Para paliar esto, explican desde Avianza, se tendrían que abrir un 73% más de granjas, con un coste de 1.800 millones de euros.
Font: El economista